1.- Antonio, coméntenos sus comienzos en el mundo de la imaginería...
Desde muy pequeño me gustaba realizar reproducciones de imágenes en la cera que
me proporcionaba mi tío Paco, que era protésico dental, y, donde venían insertados los
dientes a colocar en la prótesis. Posteriormente ya con la plastilina de aquélla época,
las fui haciendo de mayor tamaño, hasta que me atreví con el barro. Al discurrir el
tiempo y con corta edad todavía para este menester, comencé a ejecutar en madera
algo, con las cinco gubias y tres raspines que mi padre, contando yo con once años, me
regaló por Reyes, que aun inservibles ya, conservo con mucho cariño. Realicé estudios
artísticos, siempre por la pintura, en las Escuelas Oficiales pertinentes, por lo que en
este bello Arte de la Imaginería me considero autodidacta, tiempo después me dediqué
más de lleno a trabajar e investigar en este campo y hasta ahora.
2.- ¿Cómo ve actualmente el gremio en el que lleva dedicado tanto tiempo de su vida?
R.- Afortunadamente la tradicional Escuela de Imaginería Sevillana continúa. Como a lo
largo de los siglos existe de todo, ya que el tiempo es una criba que va transmitiendo a
las generaciones posteriores los mejor, como ha sucedido siempre. Es importante que
los nuevos imagineros tengan fe en los que están realizando, ya que representar los
rostros del Señor y de su bendita Madre, conlleva una responsabilidad cara a concitar la
devoción del pueblo fiel entorno a Ellas, porque puede resultar que se hagan obras
perfectas para museos, pero frías para atraer por falta de carisma religioso. Hay que
ejecutar una imagen correcta en todo interpretándola como una catequesis plástica
que la Iglesia permite.
3.- ¿Cuál es la Imagen o Imágenes de su autoría que más le transmiten?
R.- No me gusta distinguir a ninguna de mis Imágenes benditas, ya que las considero que
son como mis hijos, y, por lo tanto, nadie distingue un hijo de otro. Si puedo decir que
todas, la primera oración que llevan es la mía, pues desde que la concibo hasta que la
finalizo, estoy en un constante diálogo mental con lo que voy a representar a través de
la materia, que, en definitiva, es una manera de orar.
4.- Sabemos de su devoción que profesa a nuestra Señora de los Dolores, el Stmo. Cristo de la Providencia y María Stma. de la Soledad, de la tan querida para nosotros de la Real
hermandad Servita, pero ¿nos podría decir más devociones particulares suyas?
R.- Tengo varias, pero las principales para mi es adorar al Santísimo Sacramento y venerar
a la Madre Dios a través de todas su advocaciones e imágenes, ya que todas
representan por igual a la Señora que está en los Cielos.
5.- Háblenos de la Virgen de la Caridad, ¿qué le transmitió para tan bella obra saliera de
sus manos y de la que de tanta devoción tiene?
R.- Su rostro me lo inspiró su advocación. Representé a la Virgen como un consuelo para
cuantas personas se acercaran a Ella pidiéndole solución para sus problemas y
necesidades. Es la Doncella de Nazareth que llora por la falta de caridad que existe en
esta sociedad que nos ha tocado vivir. Me propuse que su rostro juvenil fuera causa de
la alegría del cristiano, por ello no le conferí gesto de crispación alguno ni en su cara ni
sus manos y su mirada la procuré impregnar de dulzura maternal.
6.- Santa María de Consolación Madre de la Iglesia (Hermandad de la Sed) y Mª Stma. de
la Caridad, dos grande sobras suyas en diferentes etapas de su vida, pero similares en los
comienzos de ambas ¿no le parece?
R.- Ambas son el pilar sobre el que se asienta su correspondiente Confraternidad Cristiana.
Las dos fueron encargo de un grupo de jóvenes ilusionados en crear algo tan nuestro
como es una Cofradía de Penitencia y con una raíz profundamente parroquial.
7.- ¿Cómo ve el futuro del Grupo Parroquial Virgen de la Caridad?
R.- Pienso que tiene un futuro prometedor, teniendo en cuenta la devoción que está
adquiriendo la bendita Imagen dentro y fuera del barrio y el buen hacer de este Grupo
Parroquial, que dirigen unos magníficos sacerdotes y cofrades.
8.- Para despedirnos Antonio, unas palabras a todos los devotos/as, hermanos/as y fieles
de la Stma. Virgen de la Caridad.
R.- Tengo la satisfacción y tranquilidad de que una obra hecha por mi está en buenas
manos y que está produciendo el efecto deseado de concitar la devoción de un barrio
entorno a Ella. Deseo fervientemente de que la unidad que existe continúe por el bien y
el futuro prometedor de esta futura Hermandad, y, que como culminación de todo un
año de trabajos en el ámbito parroquial y especialmente en su faceta caritativa,
veamos a la Señora paseando por las calles de Santa Aurelia en el mejor trono que
podemos hacerle los sevillanos a la Madre de Dios, cual es, un bello paso de palio.
Un abrazo a todos/as.
D. Antonio, con su esposa Dª. Maravillas, delante de la Stma. Virgen de la Caridad.
Foto de Grupo Parroquial
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